Hace poco menos de seis años se puso de moda en todo el mundo la pulsera LiveStrong. Su gran impulsor fue el por entonces dominador absoluto del ciclismo mundial, Lance Armstrong, quien a través de su Fundación de lucha contra el cáncer (el propio Armstrong sufrió un cáncer testicular con metástasis pulmonares y cerebrales en 1996) popularizó y distribuyó millones de pulseras por todo el mundo.
Muchos deportistas y personajes públicos de todos los ámbitos se unieron a la buena causa luciendo la pulsera. Livestrong sigue hoy manteniendo su propia línea de productos a través, entre otros canales, de su tienda online.En los últimos tiempos, sin embargo, a la Livestrong le ha salido un competidor: las pulseras de neopreno y silicona Power Balance, que según sus creadores es capaz de reducir el dolor, el estrés, las lesiones deportivas y que encima mejora la resistencia a través de un holograma que está activado con una "frecuencia beneficiosa procedente de materiales naturales conocidos". Todo eso por la módica cantidad de 35 euros. Algunos de los que la han usado aseguran que sienten más "equilibrio" cuando la lucen. Otros, consideran que es un timo.
Muchos deportistas y personajes públicos de todos los ámbitos se unieron a la buena causa luciendo la pulsera. Livestrong sigue hoy manteniendo su propia línea de productos a través, entre otros canales, de su tienda online.En los últimos tiempos, sin embargo, a la Livestrong le ha salido un competidor: las pulseras de neopreno y silicona Power Balance, que según sus creadores es capaz de reducir el dolor, el estrés, las lesiones deportivas y que encima mejora la resistencia a través de un holograma que está activado con una "frecuencia beneficiosa procedente de materiales naturales conocidos". Todo eso por la módica cantidad de 35 euros. Algunos de los que la han usado aseguran que sienten más "equilibrio" cuando la lucen. Otros, consideran que es un timo.
La Vanguardia
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