martes, 16 de noviembre de 2010

La mágia de las auroras boreales


Cabo Norte, en Finnmark la Laponia noruega, es uno de los muchos lugares del norte de Noruega en los que puede contemplarse la aurora boreal.

Ver la aurora boreal es un momento mágico que le dejará sin palabras. La aurora boreal es más frecuente a finales de otoño y principios de primavera, y los mejores meses para verla son octubre, febrero y marzo. Su mayor frecuencia se registra entre las seis de la tarde y la una de la madrugada.

Para disfrutar al máximo del espectáculo, evite la luna llena y los lugares muy iluminados, que atenúan considerablemente el panorama. No olvide llevar ropa de abrigo.

Teóricamente, se puede ver la aurora boreal en todo Noruega. Sin embargo, los mejores lugares están por encima del Círculo Polar Ártico en el Norte de Noruega.

Sea paciente

A la hora de ver la aurora boreal, recuerde que está totalmente a merced de la naturaleza. A la aurora boreal le encanta jugar al escondite. Observar la aurora es a menudo un tira y afloja entre su paciencia y la aurora. Quédese en una zona donde se pueda ver la aurora boreal por lo menos una semana, preferiblemente dos, y se verá recompensado, a menos que el tiempo de pronto decida obstruir su visión con nubes.

Un arco iris nocturno

En algunas ocasiones la aurora boreal llega con todos los colores a la vez, bailando en el cielo en tonos naranja, violeta, verde y rojo atardecer. Otras veces se muestra como una cortina de verde eléctrico o como un tornado de luz tenue. Nunca hay dos auroras boreales iguales.

Leyenda viva

Quizá no sea sorprendente que el espectáculo de la aurora boreal haya creado tantas leyendas como personas la han visto. El tambor de los chamanes de los sami muestra símbolos de la aurora boreal. El fenómeno tiene varios nombres en sami; por ejemplo, es conocido como Guovssahas, que significa "la luz que puede oírse". Tradicionalmente, los Sami han asociado la aurora boreal con el sonido.

Durante la época vikinga, la aurora boreal era la armadura de las vírgenes guerreras valkirias, que emitía una extraña luz destellante. Según las leyendas japonesas, concebir un hijo bajo la aurora boreal trae buena suerte.


Explosiones
La realidad y la poesía son igual de impresionantes. El sol es el padre de las auroras. Durante las grandes explosiones y llamaradas, se lanzan enormes cantidades de partículas desde el sol al espacio.

Estas nubes viajan por el espacio a velocidades comprendidas entre 300 y 1000 kilómetros por segundo. Cuando las partículas colisionan con los gases de la atmósfera de la tierra, resplandecen, creando una fantástica explosión de colores.




Bilbao Press