lunes, 13 de septiembre de 2010

Gisela Pulido pone a prueba su velocidad frente a una mole de hierro de 5.000 toneladas de peso


La seis veces campeona del mundo de Kitesurf busca superarse a diario

Cada día está más claro que a Gisela Pulido se le ha quedado pequeño el mundial de Kitesurf: lo ha ganado en seis ocasiones, a pesar de tener tan sólo 16 años, y va camino, este año, de llevarse el séptimo (lidera la clasificación con 5 victorias en 7 carreras). Por todo ello, busca contínuamente nuevos retos que le aporten esa brizna de motivación necesaria para seguir en el candelero día tras día. Harta de derrotar con pasmosa autoridad a sus semejantes (aunque éstos puedan doblarle la edad), ahora se ha propuesto competir contra las máquinas. Sí, sí, eso ha hecho, y le da igual que sus oponentes pesen alrededor de 5.000 toneladas y cuenten con una potencia de 40.000 caballos (atributos, éstos, del último rival de la joven rider catalana, el ferry Tarifa Jet que cruza a diario el estrecho de Gibraltar).

Así pués, 5.000 toneladas frente a 50 kilos (que es lo que pesa Gisela), 40.000 caballos de potencia ante otros tantos de ilusión y ganas, son algunas de las cifras que se retaban en el Estrecho el pasado 31 de agosto para dilucidar cuáles eran más veloces a la hora de cubrir los más de 28 kilómetros que separan Tarifa de Tánger. Aunque parezca mentira, Gisela partía con ciertas ventajas en este particular desafío: podía escoger el trayecto más corto entre origen y destino (el ferry, en cambio, no variaba su recorrido habitual) y, además, se podía aprovechar de la velocidad limitada que la nave debía aplicar a la entrada y a la salida de los dos puertos incluidos en el itinerario.

Sin embargo, a la postre, no todo serían facilidades para la catalana. El viento cambiante que acabaría soplando, así como las olas de 2 y 3 metros que tendría que afrontar durante el recorrido, terminarían por diezmar las pequeñas ventajas con las que partía Gisela a priori. También, claro está, los 42 nudos que alcanza el ferry (77,7 kilómetros/hora) frente a los 25 (46,3 kilómetros/hora) que la joven rider registraría como velocidad crucero en su recorrido, influirían, sin duda, en el resultado de la contienda.

Al final, ambos, bella y máquina, llegarían a Tánger cogidos de la mano. Treinta y cinco minutos después de salir de Tarifa, el ferry y la catalana entraban a la par en el puerto de la ciudad marroquí. Como dirían los aficionados al ajedrez, el desafío acabó en tablas (empate técnico). Gisela se mostraba muy satisfecha con la experiencia: "Cruzar el estrecho ha sido uno de los retos que he tenido siempre en la cabeza, no sólo por la gran dificultad física que conlleva cubrir esa gran distancia con el kite, sino también por el significado bucólico que tiene el conseguir unir en esa ruta dos continentes".

Por el bien de Gisela, esperamos que, en breve, aparezca en el mundial de Kitesurf alguna competidora que la motive en especial. Y es que, de lo contrario, continuará buscando retos que, con el tiempo, podrían ir aumentando en peligrosidad. De momento, ya se ha enfrentado a una mole de hierro de 5.000 toneladas. No nos queremos imaginar qué será lo siguiente.



Fuente/LV,BCN

No hay comentarios: